Rodrigo Orellana: Cómo avanzar en una gestión ética de datos
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El presidente del Círculo de Marketing Digital de ANDA se refiere a las recomendaciones de la WFA acerca del manejo del respeto por la privacidad.
Estando Chile ad portas de la promulgación de la ley de protección de datos personales, las personas demandan respeto por la privacidad de sus datos y que el hecho compartirlos implique que se les entregue valor a cambio.
Es la visión que existe en la Asociación Nacional de Avisadores acerca la gestión de datos, que se plantea en el seno de la ANDA como uno de los desafíos más importantes del marketing actual, tomando en cuenta la transformación digital que vive hoy la sociedad.
Rodrigo Orellana, presidente del Círculo de Marketing Digital de ANDA, sostiene que para la organización la ética de los datos es un tema de primera importancia, por lo que se busca en ella estar al día y monitorear lo que pasa al respecto en Chile y el mundo.
“Vemos que las empresas socias están implementando los exigentes estándares de los mercados más desarrollados, poniendo esfuerzos en instalar una cultura ética de tratamiento de datos y estar a la altura de la confianza y transparencia que buscan las personas”, sostiene Orellana.
Guía de ética de datos
Al respecto, la agrupación está trabajando junto a la WFA, que es la Federación Mundial de Anunciantes. “Queremos compartir una serie de recomendaciones que entrega este organismo, al que ANDA está afiliada como miembro pleno”, afirma el especialista.
Se trata, según explica, de una guía de ética de datos, que desarrolló la WFA al interior de sus asociados, la cual establece seis recomendaciones fundamentales en los que debería apoyarse el uso de los datos.
La primera es construir el argumento de negocio para la ética de datos. Es decir, generar una narrativa sobre la importancia del uso responsable y ético de los datos. Junto con ello, promover la ética de datos como beneficiosa para los negocios, los consumidores y la sociedad en general.
La segunda, establecer principios de ética de datos en toda la empresa, desarrollando un conjunto de principios que sean claros, concisos y fáciles de entender. “Los principios deben estar alineados con los valores de la organización y deben ser aplicables a todas las funciones y niveles de la organización”, explica Rodrigo Orellana.
Responsabilidades y objetivos
Asignar responsabilidades es también clave. Afirma el experto que las compañías deben definir claramente las responsabilidades de todos los empleados en materia de ética de datos, lo que ayuda a que esta se integre en todas las operaciones de la organización.
Incorporar la ética de datos en la gobernanza existente es otra recomendación de la WFA. Para fomentar un cambio cultural que reconozca y valore la importancia de la ética de datos, las estructuras de gobernanza y toma de decisiones existentes, así como las políticas y procesos, deben adaptarse y revisarse en consecuencia.
Es también imperativo desarrollar KPI claros también para la ética de datos. “Las organizaciones que desean alinear sus acciones con aspiraciones éticas más amplias en materia de datos deben establecer métricas y KPI tangibles”, dice Orellana, explicando que sirven para evaluar la efectividad de una estrategia.
Finalmente, es importante monitorear y mapear la cultura para evaluar la efectividad de las políticas y procesos de ética de datos de las organizaciones, en especial para llegar a análisis profundos sobre actitudes, comportamientos y conocimientos sobre la ética de datos que sean punto de referencia útiles.
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