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José Ignacio Díaz: La comunicación por satélite complementará al 5G

José Ignacio Díaz: La comunicación por satélite complementará al 5G

Analista senior de telecomunicaciones de IDC Chile explica los aportes que pueden hacer en esta materia los nuevos proyectos de servicios satelitales.

La comunicación 5G es más que una simple actualización de la red. Promete velocidades exponencialmente más rápidas, menor latencia y mayor flexibilidad, lo que abrirá oportunidades para nuevos dispositivos conectados que beneficiarán a múltiples industrias.

Chile es la nación más avanzada de la región en cuanto a su despliegue de conectividad 5G. Tres operadores móviles ofrecen servicios 5G desde diciembre de 2021. Según el programa gubernamental, los concesionarios deben dar cobertura al 90% del país en los próximos tres años, proporcionando banda ancha móvil de alta velocidad a 366 municipios.

Tradicionalmente, las comunicaciones móviles por satélite y terrestres han vivido en mundos distintos y han prestado servicio a clientes diferentes.

Aparte de los servicios para el consumidor final, el satélite se ha usado a menudo para proporcionar comunicaciones de emergencia, cuando el servicio móvil regular no funciona, o para las plataformas petrolíferas o las operaciones mineras en lugares aislados a los que no llega el servicio móvil.

El satélite solía tener un precio poco accesible para el usuario medio y las velocidades de Internet que ofrecía eran demasiado lentas para otorgar una alternativa significativa a los consumidores.

Sin embargo, las cosas están cambiando. El satélite se está considerando un complemento para ampliar la comunicación donde no llega el 5G o para circunstancias específicas como los viajes en avión.

"5G no solo llega para incrementar la velocidad y el volumen de la información de las redes inalámbricas, o en el caso del Internet satelital lograr seguridad en la señal, gran banda ancha y amplia cobertura."

Nuevos proyectos como O3b, de SES, Amazon y Starlink, de Elon Musk, ofrecen banda ancha de baja latencia (el tiempo de ida y vuelta de los datos entre el usuario y el satélite) en sistemas de órbita terrestre media (MEO) y baja (LEO).

Mientras la mayoría de los servicios de Internet por satélite procede hoy de un único satélite geoestacionario que orbita el planeta a unos 35.000 km, Starlink es una constelación de múltiples satélites que orbitan el planeta mucho más cerca de la Tierra, a unos 550 km, y cubren todo el globo.

El 20 de octubre de 2021, el gobierno chileno dio luz verde a Starlink para que empezara a ofrecer servicios satelitales terrestres en cinco localidades de Chile, desde Caldera hasta Puerto Montt, y está comercializando el servicio para personas que viven en lugares remotos y necesitan acceso a la educación, la telemedicina y otros servicios básicos.

Desde IDC, predecimos que las suscripciones mundiales a la tecnología 5G crecerán un 90% hasta alcanzar los 4.400 millones de usuarios en 2025. El principal reto para los operadores de telecomunicaciones será monetizar las enormes inversiones que tendrán que hacer en infraestructura.

Por eso, los primeros casos de uso procederán de verticales industriales como el transporte comercial y militar, la agricultura, las plataformas de petróleo y gas, la minería y los servicios públicos en las ciudades inteligentes.

Los operadores tendrán que colaborar estrechamente con el sector privado para desarrollar soluciones específicas que analicen los datos procedentes del borde de las redes y para circunstancias que requieran alto rendimiento, baja latencia y alta fiabilidad.

"Tradicionalmente, las comunicaciones móviles por satélite y terrestres han vivido en mundos distintos y han prestado servicio a clientes diferentes."

Algunos ejemplos son el seguimiento de activos de los contenedores en puertos con mucho tráfico y el transporte de imágenes de una cirugía en vivo en un entorno médico a la nube para su análisis en tiempo real.

En el caso de las fábricas inteligentes, 5G se está usando para alimentar la realidad aumentada (AR) o los robots para inspeccionar los equipos, mientras que en las ciudades inteligentes los sensores pueden utilizarse para analizar los datos del tráfico en las intersecciones más concurridas.

La comunicación por satélite complementará el 5G, especialmente en las complejas y diversas geografías de América Latina. Pero, para hacer eso, el satélite tendrá que soportar experiencias inmersivas que requieren alto rendimiento y baja latencia, como la realidad virtual y aumentada, las comunicaciones de misión crítica para áreas emergentes como los vehículos autónomos y el control remoto de la infraestructura; asimismo, la conectividad para soportar miles de millones de sensores en los dispositivos conectados al Internet de las cosas (IoT).

El 3GPP, organismo mundial de normalización que desarrolla protocolos para la industria de las telecomunicaciones móviles, está trabajando actualmente en una norma que permita la integración de satélites y otras tecnologías de acceso con 5G. Una vez que esto esté en marcha, tal vez muchas empresas ofrezcan sus servicios en Chile.

Es así como 5G no solo llega para incrementar la velocidad y el volumen de la información de las redes inalámbricas, o en el caso del Internet satelital lograr seguridad en la señal, gran banda ancha y amplia cobertura. Gracias a esta tecnología, se ha permitido agilizar los procesos en diversas áreas como entidades privadas, públicas, educación, salud y retail, entre otros.

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