Cristián Cornejo: Educando para y desde la sustentabilidad

Director general de comunicaciones y extensión de la Universidad Bernardo O’Higgins (UBO) comenta los pasos que se están dando al respecto en esta casa de estudios.

Cuando reflexionamos en torno al desarrollo sostenible, nuestras ideas suelen irse a Naciones Unidas, a las grandes cumbres que reúnen a líderes mundiales, a los acuerdos y compromisos de gran envergadura que los países deben alcanzar.

Sin embargo, se suele dejar de lado un punto clave: el rol que las universidades debemos cumplir si se trata de velar por el presente y futuro del planeta y la sociedad.

Lo cierto es que el mundo enfrenta grandes desafíos, la pandemia que nos ha afectado los últimos años y el calentamiento global son solo una pequeña muestra de ello, y las universidades debemos asumir un rol protagónico en la búsqueda de soluciones a dichos problemas.

En definitiva, tenemos que tomar conciencia de que la educación es un agente promotor y transformador para contribuir al logro de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Y eso, por supuesto, debe ir mucho más allá de un discurso o de hitos aislados; debe ser parte del espíritu y del propósito que mueva cada una de nuestras acciones como casa de estudios.

En la UBO así lo hemos asumido. Comenzamos en 2014 con la creación del Centro de Investigación de Recursos Naturales y Sustentabilidad; seguimos el 2018 instaurando la Carrera de Ingeniería Civil en Medioambiente y Sustentabilidad; avanzamos en 2019 al conformar el comité de Inclusión, Equidad y Sustentabilidad; en 2020 uniéndonos a la Red de Campus Sustentables, y en 2021, tras una dura pandemia, elaborando una completa política de sustentabilidad.

"Queremos aportar a la construcción de un mundo más sustentable, con nuestros estudiantes, con la comunidad, con los académicos, todos bajo un mismo horizonte y a partir de un mismo motor: la educación."

Son avances, es cierto, pero tenemos un largo camino por recorrer, pues el compromiso y la responsabilidad son enormes.

Queremos asegurar, de aquí al 2030, que todos los estudiantes adquieran los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para promover el desarrollo sostenible, entre otras cosas, mediante la educación en estas materias y el fomento de estilos de vida sostenibles, los derechos humanos, la igualdad de género, la promoción de una cultura de paz y no violencia, la ciudadanía mundial y la valoración de la diversidad cultural.

En paralelo, nos hemos propuesto avanzar a paso firme en la investigación, innovación y transferencia del conocimiento, contribuyendo así a un progreso económico compatible con la regeneración del medio ambiente y la equidad social.

No quise comenzar por la dimensión medioambiental, pues es con frecuencia la más abordada, pero no podemos dejar de lado la relevancia de seguir aportando con acciones para mitigar los efectos del cambio climático.

Planes en materia de eficiencia energética, movilidad sustentable, gestión de residuos, huella hídrica y de carbono son solo una parte de lo que necesitamos mantener si queremos dar un uso eficiente a los recursos de manera sostenida.

Nuestra invitación, por tanto, es educar desde y para la sostenibilidad, promoviendo la formación y el cuidado del planeta en entornos universitarios diversos, libres de sesgos y discriminación.

Queremos aportar a la construcción de un mundo más sustentable, con nuestros estudiantes, con la comunidad, con los académicos, todos bajo un mismo horizonte y a partir de un mismo motor: la educación.

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