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Seminario sobre elecciones: Cuando los políticos no tienen calle

Seminario sobre elecciones: Cuando los políticos no tienen calle

El profesor de la Universidad Adolfo Ibáñez Bracey Wilson planteó en un taller que la política suele estar desconectada de las necesidades de la gente.

“Muchas veces, la política está desconectada de lo que la gente necesita. Por eso dicen que los políticos no tienen calle, y entonces no hay match”. Es uno de los conceptos que planteó el académico de la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez, Bracey Wilson, en el marco de un seminario sobre marketing político dictado por esa casa de estudios.

El experto, director del Master en Dirección de Marketing de la UAI, planteó que el marketing político se estructura igual que el marketing tradicional, con un área estratégica y un área de ejecución. “¿Cuáles son los objetivos posibles del marketing político,? por ejemplo: ganar una elección o revocar un cargo. Creo que estamos viviendo eso en estos días”, señaló, según consigna una publicación de la web universitaria.

En el encuentro Seminario Electoral 2021, el profesor Wilson dictó el taller “Marketing político: relato, personal brand de un candidato, comunicación política y storytelling”, donde compartió con los participantes conceptos y premisas del marketing político que permiten entender la elección actual.

Batalla de percepciones

Según el académico, el marketing busca satisfacer “dolores” de las personas y, mientras el marketing tradicional persigue que el consumidor compre un bien o servicio, “en el caso del marketing político, lo que se está “comprando” es un servicio, que es una marca-persona que entrega ideas”.

“¿El marketing qué nos dice? Tenemos un cliente que tiene un ‘dolor’ y tenemos que entregarle una propuesta que tenga valor superior, y queremos que este sea fidelizado”, explicó Wilson.

Agregó que en la actualidad, si bien se espera que los clientes estén fidelizados en las marcas, “es cada vez más difícil lograr la fidelización y es cosa de ver lo que sucede con los partidos políticos, las organizaciones gubernamentales, etc.”.

En su opinión, esto ocurre porque las marcas están comoditizadas ante la amplia oferta de valor existente. “Todas me ofrecen lo mismo, por tanto, el mejor postor es el escogido. Esto es clave para entrar al tema político”, advirtió.

Al respecto recordó que Al Ries y Jack Trout, en su libro Posicionamiento de 1981, plantearon que el marketing no es una batalla de productos sino de percepciones, lo que “es clave en la política y en la economía”.

Contenido digerido

Definió Bracey Wilson el marketing político como “el proceso mediante el cual los candidatos políticos y las ideas son dirigidas a los votantes, en orden a satisfacer sus necesidades políticas y ganar apoyo al candidato y sus ideas”.

A su juicio, las personas buscan hoy una curaduría de contenido, contenido digerido, para poder tomar decisiones. Y profundizó en las percepciones desde las encuestas, recomendando observar, antes que los resultados, la metodología –qué se preguntó y cómo se preguntó–, lo que da luces de posibles sesgos.

Profundizando en el concepto de propuesta valor, señaló que es lo que se entrega a las personas. “Lo que tú entregas como satisfactor debe tener valor para las personas. Entonces, el punto aquí es que muchas veces la política está desconectada de lo que la gente necesita”, enfatizó.

El académico presentó ejemplos nacionales e internacionales para analizar la relevancia del marketing político, de la comunicación y los símbolos en la actual campaña.

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